Para
el debate continuo que mantenemos sobre el análisis situacional de
Venezuela, en este golpe continuado en proceso, decidimos esta semana colocar
en el blog un articulo publicado este domingo en ultimas noticias en
la columna de Mark Weisbrok, lo seleccionamos por que nos permite
relacionar el proceso diplomático que lleva el decreto de Obama contra Venezuela, las
negociaciones diplomáticas EEUU y Cuba, con el ataque mediático de
difamación personal sin presentar pruebas contra Diosdado Cabello, junto con las maniobras de desestabilización a lo interno de Venezuela.
Con este articulo de Mark Weisbrok, podremos comprender y relacionar lo nacional con
la diplomacia regional latinoamerica.
La
semana pasada, el gobierno de EEUU tomó la muy irónica decisión de
sacar a Cuba de su lista de “Estados patrocinadores de terrorismo”.
Irónica, puesto que EEUU ha sido el patrocinador de una campaña
terrorista dirigida hacia Cuba. Una campaña que ha durado más de
cuatro décadas, desde el lanzamiento de la invasión de la Bahía de
Cochinos en 1961 y los varios intentos de asesinato organizados por
EEUU contra Fidel Castro hasta la explosión de un avión de
pasajeros y otros ataques terroristas por parte de exiliados cubanos
que operan desde Estados Unidos.
La
última medida de Obama elimina un obstáculo hacia la normalización
de las relaciones con Cuba, pero existen muchos otros por delante,
incluido el embargo; junto con la muy repudiada base militar y cárcel
de Guantánamo, que -según los cubanos- pudiera trancar cualquier
acuerdo si no se cierra. Otra ironía más: el Gobierno
estadounidense se empeña en darle lecciones a Cuba en materia de
derechos humanos, mientras que EEUU encarcela de forma ilegal y
tortura a personas en la isla.
Resulta
interesante que los cubanos hayan puesto sobre la mesa otro asunto
ante Washington, el cual podría tener ramificaciones más
importantes para la región que incluso la eliminación de un embargo
que ha durado 53 años y que ha sido condenado por casi todos los
países del mundo durante décadas. Ya queda claro, como primero lo
afirmé hace un mes, que los cubanos le plantearon de forma firme al
presidente Obama que la normalización de las relaciones con Cuba se
vería limitada si Washington se negaba a normalizar a su vez las
relaciones con Venezuela.
El
presidente Obama parece haber acatado el mensaje al reunirse con el
presidente Maduro en la Cumbre de las Américas el 11 de abril, con
lo que marca un viraje con respecto a su decreto ejecutivo, en el que
declaraba a Venezuela “una amenaza extraordinaria” a la seguridad
nacional de EEUU, al mismo tiempo que envió a un alto funcionario
del Departamento de Estado -Tom Shannon- dos veces a Caracas desde el
7 de abril, a modo de hacer las paces.
No
es la primera vez que el presidente Obama ha buscado normalizar las
relaciones con Venezuela. En 2010, su gobierno intentó restablecer
las relaciones al nivel de embajadores. Ese intento fue saboteado por
la oficina del entonces senador Richard Lugar, probablemente en
colaboración con otros elementos afines dentro del Departamento de
Estado. El verano pasado, EEUU accedió a un encargado de negocios
-el segundo cargo más importante después de embajador- en la
Embajada de Venezuela en Washington.
Pocas
semanas después, unos fiscales federales de EEUU se encargaron de
arrestar en Aruba al general jubilado Hugo Carvajal, a pesar de que
tenía pasaporte diplomático. La detención estuvo cerca de
destrozar las relaciones diplomáticas entre EEUU y Venezuela, en
vista de que Aruba aprobó su extradición a Estados Unidos, en clara
violación de la casi sagrada Convención de Viena que protege a
diplomáticos. Felizmente, el Gobierno de Países Bajos intervino y
ordenó su liberación con base en la inmunidad diplomática.
El
patrón es nítido y resulta fácil de entender: dentro del gobierno
de Obama y en el Congreso, son muchos los que no desean normalizar
las relaciones con Venezuela. Así que no fue muy sorprendente ver al
Wall Street Journal sacar un artículo de 2.500 palabras el 18 de
mayo con la denuncia descabellada de que el presidente de la Asamblea
Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, era el capo de un supuesto
“cartel de drogas”.
Los
mismos despachos de los fiscales federales involucrados en el caso
Carvajal -citados de forma anónima, por supuesto- constituían las
principales fuentes del artículo del Journal. Estas fueron
respaldadas por otras partes interesadas, incluidos desertores y
narcotraficantes que con frecuencia reciben sentencias reducidas si
señalan con el dedo al villano adecuado.
Se
trata de una dudosa obra que presenta apenas un lado de la historia
(el Journal, como gran parte de los medios en EEUU, parecen
“suspender las normas” esenciales del periodismo, incluso la
corroboración de datos, cuando cubren a Venezuela). Los autores sí
incluyeron un tuit de un general venezolano que resumía de forma
sucinta la facilidad con la que esos fiscales podían recabar
“pruebas”: “Ya saben, el que quiera su green card y vivir en
USA para conocer Disney, escoja su líder y acúselo de narco… DEA
tours los atenderá”.
Pero
el artículo logró transmitir su mensaje: como con el caso Carvajal,
esos despachos de la fiscalía tendrán imputaciones selladas y
preparadas en caso de que alguno de sus blancos dé un paso fuera de
Venezuela, con el fin de crear otra crisis diplomática. Obviamente,
eso pondría fin a los esfuerzos por parte de Obama de normalizar las
relaciones con Venezuela durante el resto de su mandato.
Volvamos
ahora a los cubanos y sus negociaciones con el presidente Obama.
Cuentan en ese caso con cierto poder de negociación: parece evidente
que Obama quiere ser recordado como el presidente que destrabó las
relaciones con Cuba. ¿Lo considerarán inocente si elementos de
derecha dentro del Gobierno de EEUU tratan de hacer volar las
relaciones EEUU-Venezuela? ¿O le recordarán quién es el director
ejecutivo de Estados Unidos? Obama se ha mostrado bastante
empedernido cuando quiere algo: logró vencer una oposición
tremenda, incluida la de uno de los grupos de presión más poderosos
de EEUU, el lobby israelí, para poder avanzar en un acuerdo nuclear
con Irán. Podría hacer lo mismo con América Latina si así lo
desea.
MARAVILLOSA la reunión de Diosdado Cabello y Thomas Shanon en Haiti, un encuentro oficial con el departamento de Estado y Venezuela, que trae por un lado una mejora de las relaciones con los EEUU, a pesar que hay quienes se opongan, como es lógico y traten de crear conflictos internos y externos (Guyana y la EXXON) con la finalidad de frenar una iniciativa diplomática, que como señala
ResponderEliminarMark Weisbrok.
Pero por otro lado, el encuentro también deja bien claro la inocencia de Diosdado Cabello, por que deja desarticulada la mentira mediática sin pruebas alguna que dejaron correr, por que al reunirse un alto funcionario de los EEUU en una mesa de dialogo, los EEUU avala a Diosdado como interlocutor, por lo que si fuese verdad lo del cartel de los soles, jamas EEUU se reuniría con Diosdado Cabello.
Ademas la comitiva que asistió a Brasil para generar lazos comerciales, ademas que hablo con lula y ahora con Fidel Castro en la visita a Cuba, deja claro que no hay orden de detención, ni pruebas, que acuse seria y formalmente a Diosdado Cabello, por lo que se cae otra mentira mas de la canalla mediática y la triangulacion Miami, España, Colombia.
LA MENTIRA TIENE PATAS CORTAS,
PERO EL AGUA REGADA QUEDARA REGADA