jueves, 28 de septiembre de 2017

TRAICIÓN A LA PATRIA DESDE LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA DE DURKHEIM


Me encuentro absorto en la vida política nacional que se desarrolla en Venezuela dentro del proceso de la Constituyente, planteada como solución política a la violencia del primer semestre del año 2017, después de dejar más de 130 víctimas pertenecientes a los dos parcialidades políticas, confrontadas durante mas de tres meses de acciones violentas en las calles de algunos puntos geográficos del territorio nacional, con el resultado conclusivo de expresiones y violencia nunca vista en nuestro país, al presentarse la quema de personas vivas  por el simple color de piel y por ser un chavista que apoya la postura del gobierno de turno, toda estas acciones con la intensión bien definida de parte de la oposición al gobierno electo, de debilitar y derrocar el mandato del presidente Nicolás Maduros Moros, con la escusa de solicitar y obligar al estado venezolano a unas elecciones presidenciales que corresponden para finales del año que viene y que ya han sido anunciadas por el Consejo Nacional Electoral.


Abordando directamente la interrogante que nos motiva de esta realidad que describimos, nos insertamos específicamente en como analizar y entender socialmente la idea de traición a la patria de un grupo de opositores venezolanos por nacimiento, que realizan gestiones diplomáticas internacionales sin tener la acreditación legal, que con un financiamiento que viene del extranjero practican reuniones con funcionarios acreditados de otros gobiernos, que tienen como resultado sanciones financieras y diplomáticas contra Venezuela por parte de otras naciones, con la clara finalidad, que los foráneos actúen en nuestro territorio con fuerzas militares y resuelvan lo que democráticamente estos opositores no han podido lograr por las elecciones y las leyes, permitiendo que se apoderen o ataquen a su propia patria que les dio el derecho de nacer en ella.


Pero ante la necesidad académica de estudiar al sociólogo francés  Emilie Durkheim , se busca dar respuesta a estas dos necesidades en una sola propuesta, dando como resultado el indagar la problemática de la traición a la patria que nos tiene absorto pero a la luz del sociológico de Durkheim, tratando de comprender el problema con los argumentos teóricos del personaje escogido.

¿QUIÉN ES EL SOCIOLOGO EMILE DURKHEIM?


Lo primero que tenemos que responder es: ¿Quién es Emile Durkheim?,  ya hemos dicho que es un sociólogo francés, pero no cualquiera, es uno de los fundadores de la ciencia social junto a Karl Marx y Max Weber, nada más y nada menos, que tiene una temporalidad de finales del siglo XIX comienzos del siglo XX, pertenece a un núcleo familiar de origen judío con un padre rabino, logrando la titulación en filosofía en 1882 para luego cursar estudios en ciencias sociales en Paris y Alemania, culminando el doctorado en 1893 con la tesis doctoral “La división del trabajo social”, además tiene en su haber histórico, el primer curso de sociología en las universidades francesas cuando era profesor de la Universidad de Burdeos, que se convertirá en 1896 en cátedra de sociología, (Dottori, 2009, pág. 02), a Durkheim lo debemos definir como un positivista que promueve el método hipotético deductivo desde el enfoque epistémico, plantea que siendo la unidad de análisis la sociedad y no el individuo, propone que la “cosa” social o fenómeno que se estudia, deba ser contrastada y observada por el método científico para comprobar una hipótesis desde la realidad, apoyado con las herramientas tangibles como la estadística y el método lógico.




Además Durkheim lo catalogamos como un funcionalista estructuralista por lo ve la ciencia sociológica desde la institucionalidad, con sus componentes y sus interacciones en hecho sociales que deben ser estudiados, no como individualidades que es mas de la psicología, si no como parte de una totalidad que se expresa en fenómenos atribuidos a la sociedad, que deben ser abordados con técnicas especificas de la sociología, por eso desarrolla y publica las reglas del método sociológico en 1895, estableciendo los cimientos de la investigación social.



Durkheim aborda, analiza y publica varias temáticas dentro de la sociología, como el suicidio, la prohibición del incesto y sus orígenes, la definición de los fenómenos religiosos, el totemismo, además aborda y publica la educación moral en 1902, las formas elementales de la vida religiosa en 1912,  sobre los problemas religiosos y la dualidad de la naturaleza humana,  llegando a ser profesor titular de la cátedra de pedagogía de la facultad de Paris en 1906 es en 1912 ya consagrado, que su cátedra pasa a denominarse “la cátedra de sociología de la Soorbone”, muriendo en el año 1917.


COMO ENTENDER DESDE LA SOCIOLOGÍA LA TRAICIÓN A LA PATRIA.


 Continuando con la problemática planteada desde la realidad, debemos aclarar  la definición del concepto de traición a la Patria, que la podemos definir  como una  falta a la lealtad para con la Patria, o mejor dicho, la falta al amor y la gratitud que se siente como un hombre nacido en un territorio ordenado dentro de los límites establecidos y aceptados como país soberano, que aclaramos que no es solo al espacio territorial,  también el concepto incluye  todos los hombres que habitan ese espacio territorial y que se han dado una estructura social y política como estado independiente, que está definida en la Constitución de  Republica Bolivariana de Venezuela, junto a sus leyes, otra definición más legal quedaría señalada como: un delito a la seguridad e independencia del estado, ejercido por un habitante nacido en un país.


Ya aclarado el término que estudiamos debemos abordar las ideas y los conceptos del sociólogo Emilie Durkheim, que es el personaje seleccionado, para analizar esta problemática, tenemos que sumergirnos en la profundidad de la sociedad y del colectivo que forma parte de una sociedad.


  Durkheim como sociólogo que investiga la instituciones como estructuras para descubrir y describir los hechos sociales, propone para el concepto de Estado  una  función esencial, que es el definir, ordenar y orientar la conciencia moral, siendo Durkheim uno de los mayores exponentes del estructuralismo visualiza el estado como un órgano de pensamiento social, un pensamiento unido a la realidad practica, exponiendo la idea que para la sociedad están presente dos pensamientos sociales que fluctúan, uno por el estado gobierno y otro por la masa colectiva. (Durkheim, 1994, pág. 142).

Como está desarrollado en su libro “lecciones de sociología”, expresa que existe un pensamiento proveniente de la masa colectiva, con sentimientos difusos y hasta ambiguos, que se presentan sin una cronología, ósea se dan en forma desordenada dentro de la sociedad que las produce, que convive con el otro pensamiento que  viene propuesto por el estado gobierno, que se identifica con los pensamientos que se provienen en el desarrollo en la sociedad de una ideología, con ideas estructuradas con una lógica aceptable para la sociedad que se presenta en forma ordenada y tienen una proyección centralizada.


Por supuesto al llevarlo a la realidad de Venezuela, dentro de la crisis de traición a la Patria que analizamos, lo que propone Durkheim se observa en la praxis que vivimos y sentimos, donde el pensamiento desarrollado por el estado venezolano o mejor dicho por el gobierno revolucionario, busca impulsar el socialismo del siglo XXI como la alternativa ideológica a la necesaria transformación de la sociedad, persiguiendo una solución a la crisis histórica en la cual nos encontramos inmerso, que no desde el año 1999 como señalan de forma irresponsable, porque no es ahí donde comienza, ya que es una crisis estructural que esta dada por el enfoque del modelo de desarrollo que nos impusieron desde la colonia por los centro de poder dominante, donde ya conocemos los mecanismos de sumisión y dominio aplicados a las naciones por el imperialismo y sus gobiernos expandidos por la geografía de América latina, desde el imperio de la España Colonial hasta el Británico de su majestad la Reina, terminando en nuestros tiempos con la visión neoliberal impuesta por el Fondo Mundial junto a las instituciones financieras y transnacionales.


Donde ese pensamiento del socialismo del siglo XXI proveniente del estado, fluctúa en forma natural con el pensamiento proveniente de la masa colectiva, que se encuentra divida en dos sectores predominantes, uno que apoya la visión de desarrollo que plantea el estado, que no es conflictivo con el gobierno y se ve afectado por el  otro segmento de esa masa colectiva, que si adversa el pensamiento del estado, que lo llamaremos opositor, para lo cual tomaremos como objeto de análisis este sector, no porque sea la totalidad del pensamiento colectivo o el más representativo, porque no lo es, su profundización esta dada más bien, por su relación directa con el problema que analizamos, el de traición a la paria.


Ahora, este segmento opositor del pensamiento de la masa colectiva,  ha sido educada en las ideas dominantes que resaltan el individualismo, el egoísmo, que generan una competencia y rechazo a la autoridad del estado, o mejor dicho, establece una rivalidad sobre “el conjunto de órganos de gobierno de un país soberano” (Real Academia Española, 2001), pensamientos que están grabados en la psiquis individual como valores positivos que rigen sin darnos cuenta la conducta, donde la libertad y la competencia tienen una finalidad pragmática para lograr la ganancias y la acumulación de capital, símbolo de prosperidad y calidad de vida, donde el dominar y hasta destruir al otro, visto primero como socio y luego como competencia, es un ejemplo de éxito social, todo un esquema de pensamiento que se hace individual, se siente como algo propio y que rige el modo de actuar, que se expresa como necesidades y gustos personales, pero que en realidad proviene de un modelo de desarrollo capitalista liberal que esta impuesto para América latina dentro del orden mundial, estructurado por los centros de poder, que como decía Durkheim “...es el pensamiento difuso, vago y oscuro el que guía a la población. Así como ningún pensamiento claro preside la vida de los pueblos.” (Durkheim, 1994, pág. 145).


Además de analizar el concepto de estado y pensamiento social según Durkheim, debemos comprender otro concepto por él desarrollado, que es la sociedad política, donde él estructura la sociedad como una reunión de grupos secundarios (familia, iglesia, urbanismos, comunas, corporaciones), sin ser ella un grupo secundario relacionada a la sociedad, la visualiza como una entidad social distinta, que define como: “una sociedad formada por la reunión de un número más o menos considerable de grupos sociales secundarios, sometidos a una misma autoridad, que no depende de ninguna autoridad superior regularmente constituida” (Durkheim, 1994), dejando explicita su visión estructurada de la sociedad, que aborda desde “todo grupo familiar conocido, que presente un mínimo de organización, que reconozca alguna autoridad definida, forma parte de una sociedad más vasta” donde la “familia es una especie de sociedad completa cuya acción se extiende tanto sobre nuestra actividad económica como nuestra actividad religiosa, política, científica…”.  (Durkheim E. , 1994, pág. 30).


Con este concepto expuesto anteriormente, podemos darle estructura social y definir la relación de los factores involucrados, como una sociedad política confrontada que obedecen a dos tendencias principales, la primera a una tendencia particular de  los valores individuales de libertad y consumismo, que señalamos como el segmento opositor de pensamiento de la masa colectiva organizado como un segmento de la  sociedad política, versus, otra parte de la sociedad política que forma otro segmento de pensamiento de la masa colectiva, que apoya la visión de desarrollo del pensamiento del estado gobierno que expone y expande el socialismo del siglo XXI.


Con esto podemos concluir hasta ahora, un primer acercamiento de compresión a la problemática planteada dentro de la visión social de Durkheim,  el pensamiento de un segmento de la masa colectiva que forma parte de la sociedad política venezolana, que no está de acuerdo y se opone al  pensamiento que proviene del estado gobierno, ha logrado generar una confrontación social que se expresa en violencia hasta llagar a la manifestación de traición a la patria,  donde todo queda sintetizado con la expresión de Gramci que ya es bastante popular, la crisis está dada por la confrontación de  lo nuevo que no ha terminado de nacer y el viejo esquema que no termina de morir.


Ahora que ya hemos precisados y descritos los factores sociales en la realidad concreta de la sociedad política venezolana, que forma parte de un todo mucho más amplio que es el estado venezolano, tenemos que proyectar lo concreto en lo  global, tenemos que definir lo hasta ahora planteado, como una lucha ideológica de conceptos antagónicos presentes en el desarrollo histórico mundial, entre el capitalismo liberal y el marxismo, que impulsan modelos de desarrollo distintos para la transformación del mundo.

 

LA VISIÓN MORAL EN EL ENFOQUE DE LA TRAICIÓN A LA PATRIA


A partir de este momento pasamos a vincular el problema de la traición a la patria que nos tiene absorto con el concepto de moral, precisando el termino la entendemos como “la ciencia que trata del bien general, y de las acciones humanas que tratan de su bondad y malicia” (Real Academia Española, 2001), por lo deducimos de la realidad, primero que está relacionado directamente con el bien general de la patria y su población, en segundo lugar, manifestamos que están presentes las categorías de lo bueno y positivo, lo conveniente en contraposición  de lo malo y negativo, e inconveniente.


Aclarado el término, pasamos a profundizar la relación moral, individuo y estado dentro del enfoque social del pensamiento de Durkheim, donde manifiesta de forma tácita que “las reglas esenciales de esta moral son las que determinan las relaciones de los individuos con esta autoridad soberana a cuya acción están sometidos.” (Durkheim, 1994), por lo que queda claro, la relación moral y de subordinación del individuo que pertenece a los distintos segmentos de la sociedad política con “…los agentes de la  autoridad soberana”, (Durkheim, 1994, pág. 111) que ejercen el poder gubernamental, donde el estado ejerce funciones morales y ejerce una representación de la sociedad, “donde su  función esencial es pensar” (Durkheim, 1994, pág. 113) como orientar la conducta mediante un pensamiento que busque el bien general.



Esta vinculación moral la podemos precisar aun más con Durkheim, con  la necesaria interacción y conflicto proveniente entre el “ideal humano” del individuo que forma parte de  la sociedad y “el ideal nacional” construido por la sociedad a la cual pertenece el individuo, donde el mismo autor señala como solución para este conflicto es que el estado debe convocar  y “…llamar a la mayor parte de sus miembros a una vida moral, toda contradicción entre moral nacional y moral humana desaparecería” (Durkheim, 1994, pág. 138).
Como lo hemos señalado anteriormente, Durkheim le da al estado la autoridad soberana y dirige la conducta moral colectiva en la vida social, pero resalta que no debe ser en menoscabo de su individualidad, porque el individuo es producto del estado, por lo que el estado debe liberar al individuo, (Durkheim, 1994, pág. 121)  en búsqueda de su emancipación, aunque este no debe ser antagónico al estado  porque es producto del estado, por lo que Durkheim establece el “ideal nacional” para equilibrar al estado y al individuo, ya que “…no concibe al individuo como un ser absoluto que se basta a sí mismo, que no conoce más que su propio interés” (Dottori, 2009, pág. 07), por lo que Durkheim aflora el concepto de la  disciplina moral, que está en el “ser colectivo” en oposición al “ser individual”, donde el patriotismo une a los individuos con el estado, he inclusive si al desaparecer el estado, no desaparecerá la conciencia moral ya que es a priori a la configuración estatal, donde el estado es exterior a la moral y la moral es producto de la sociedad. (Durkheim, 1994, págs. 134-138).


Recapitulando lo dicho hasta ahora, empezamos a abstraer de la teoría de Durkheim conclusiones sobre la realidad practica de los acontecimiento en Venezuela en el 2017, se ha expuesto a lo largo del ensayo que cualquier hombre o mujer nacido en el territorio patrio, es un ser social producto del estado venezolano que pertenece a la sociedad política en general, que a pesar de tener un ideal individual, este no puede ser antagónico al ideal nacional, porque ningún hombre es absoluto y aislado, guiado solo por su propio interés, ya que la sociedad se legitima moralmente en el interés general y el beneficio de todos, donde toda la sociedad política que convive y se manifiesta en Venezuela, esta sometida a la autoridad soberana del estado gobierno por las reglas esenciales de moral en la búsqueda del ideal nacional.


Continuando con la profundización del ideal nacional que somete por la moral a todos los venezolanos, tenemos que enmárcalo en la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, respetado dentro de las normativas mundiales y la organización de las Naciones Unidas, la no intervención en los asuntos internos de las naciones, permitiendo que sean los mismos pueblos los que diriman y resuelvan sus problemas internos, lo expresado define el ideal nacional de Venezuela dentro de un marco moral en las relaciones internacionales, por lo tanto, todo hombre o mujer nacido en el territorio patrio está obligada por disciplina y consciencia moral, ha respetar la soberanía de Venezuela e impedir que  con asesoría o financiamiento extranjero se apliquen sanciones financieras o diplomáticas contra Venezuela para someter la soberanía, mucho menos que actúen en nuestro territorio con fuerzas militares extranjeras, donde moralmente el patriotismo nos une como individuos al ideal nacional del estado gobierno soberano.



Recapitulando las lecciones de sociología, el mismo Durkheim considera a las relaciones internacionales como una disciplina social, distinta de la que tiene como culto al hombre “ideal humano”, donde el estado es fundamental en la sociedad, debe abordar necesariamente a los grupos familiares y a los secundarios, como a la sociedad política en su totalidad, hasta tener que influir necesariamente en la vida social, buscando un fin moral para orientar al individuo y llevarlo a una vida moral, desarrollando en el individuo la disciplina y la autoridad, porque la sociedad es superior al individuo mismo y para unir al individuo con el Estado, el patriotismo es un factor fundamental, por lo tanto el estado gobierno debe “…llamar a la mayor parte de sus miembros a una vida moral, toda contradicción entre moral nacional y moral humana desaparecería” (Durkheim, 1994, pág. 138),  en la búsqueda el ideal nacional que nos unen en el bienestar común.


Por todo lo antes mencionado, concluimos que cuando un sector de la sociedad política con pensamiento centrado en el interés individual y egoísta, que antepone la rivalidad con el estado gobierno rompiendo el equilibrio moral de la búsqueda del bien común enmarcado en el ideal nacional y pone en riesgo la vida de los venezolanos, permitiendo que las miserias individuales que rigen su ideal individual domine sobre el colectivo y nacional, llegando a colaborar o que esté de acuerdo, que un país extranjero someta, coaccione, invada y destruya la nación que le dio por derecho su nacionalidad, estamos presenciando lo que describimos como  traición a la patria, que la explicamos en el estado de anomia  de gran parte de un sector social identificado con la oposición, que han degradado las normas sociales faltando al amor y a la gratitud que se siente ser un hombre nacido en un territorio llamado Venezuela, cometiendo un delito a la seguridad e independencia del estado.

 

AUTOR:    FRANCISCO JAVIER DIAZ


BIBLIOGRÁFICA


Dottori, A. (2009). Socialismo y Estado nación de Durkheim. A Parte Rei , 66.
Durkheim. (1994). Lecciones de Sociología. Buenos Aires: Alianza editorial.
Durkheim, E. (1994). La Divición del Trabajo Social. España: Planeta Agostini.
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española 22 edición. Madrid: